Franco Colapinto y Pierre Gasly lucharon contra un Alpine indomable en cada salida a pista durante el GP de Gran Bretaña, 12ª fecha de F1. El argentino había mostrado en las tres sesiones de ensayos ser el que mejor lograba controlar el encabritado A525, más allá de haber quedado detrás de su compañero en los tiempos del viernes. En la tercera práctica, nuevamente el ex-Williams fue el que más cómodo se sintió dentro de la incomodidad ya crónica del auto y fue el mejor de los dos en el final. Así llegaron a la clasificación, con una esperanza reducida casi al mínimo de poder avanzar a Q2. Solo una cosa no se podía hacer: equivocarse. Porque el auto no está, pero el error no entra en la ecuación, jamás. Y Colapinto falló al pisar agresivamente el piano en la última curva, entró en trompo y terminó con un leve toque contra el lejano muro de contención. El piloto argentino logró sacarlo de la grava, pero unos metros después lo frenó y se bajó.
El final de Colapinto en su participación en la clasificación obligó a la bandera roja que detuvo todo. Los gestos de Franco eran elocuentes. “Perdón, perdí la parte trasera, seguramente toqué un piano o algo”, le dijo al equipo por la radio con un claro tono apesadumbrado. El bonaerense quedó último finalmente, porque Gasly, quien estaba detrás de él en el primer intento (había vuelto a ser más veloz que el francés en el giro lanzado) finalmente mejoró en la reanudación de la Q1 y hasta avanzó a Q2 al quedar 15º. Y no solo eso, el francés finalmente avanzó hasta Q3. El plan para los pilotos de Alpine en la clasificación era justamente el que hizo el francés: maximizar lo poco que tenían y pescar lo mejor posible. Por eso, el error de Franco fue costoso.
Franco venía de cerrar su mejor viernes desde su paso a la titularidad en Alpine en el GP de Emilia-Romagna. Después de cinco carreras luchando para encontrar el equilibrio y la comodidad en los primeros ensayos, finalmente en Silverstone había logrado realizar su trabajo eficientemente, sufriendo las debilidades del A525 (el auto más flojo de la categoría), pero siempre avanzando. Y de igual manera había llevado adelante su labor del sábado. Pero el error en clasificación fue caro, fundamentalmente para las acciones de Colapinto dentro de Alpine. Porque Gasly, quien apenas pudo cerrar cuatro vueltas buenas en todo el fin de semana, se metió en el tercer segmento de clasificación. El francés maximizó todo lo que tenía. En carrera, probablemente, se vaya para atrás por la debilidad del motor y el tiempo que tarda en cargarse la batería del impulsor eléctrico. Pero la vara de la qualy la marca el galo, quien también había terminado entre los diez en Austria siete días atrás. Briatore dijo después de la clasificación de Spielberg que los dos coches estaban para Q3, un mensaje para el argentino, quien había cerrado su trabajo en el último puesto de Q2.
El alcance del error de Franco solo Briatore lo sabe, pero llegó en un momento de crecientes rumores sobre su futuro. Cuando Colapinto fue anunciado como piloto de Alpine en reemplazo de Jack Doohan, el parte oficial hablaba de cinco carreras, plazo que finalizó en Austria, en la cita anterior. En Spielberg, la continuidad del argentino quedó confirmada con evaluaciones carrera a carrera. Si faltaba algo, en la semana, desde Europa se disparó un rumor que apuntó al posible desembarco de Valtteri Bottas en su lugar, tras una reunión del capo de Alpine con Toto Wolff.
La situación de Alpine es crítica. Último en el Mundial de Constructores, con el puesto de director general que recién será ocupado en septiembre, con un nuevo CEO mundial de Renault a punto de asumir, y con el equipo a la espera de ver qué decide para el futuro y con algunos listos para hacer ofertas de compra de la escudería. Un error nunca es bueno, pero el de Colapinto llegó en un momento incómodo e inoportuno. Este domingo largará desde el último lugar, sin margen de fallos, y con el objetivo de maximizar lo que pueda conseguir.
Fuente: www.espn.com.ar